El espíritu nos impulsa

Reflexión para iniciar el nuevo trimestre

El Espíritu nos impulsa 

Como escuela, estamos iniciando un nuevo trimestre de un año muy particular, con todo lo recorrido y aprendido en la primera parte. Seguimos avanzando en medio de la incertidumbre del tiempo que falta para ese encuentro tan deseado, pero seguimos avanzando con la esperanza de saber que no caminamos solos.

Traemos el cansancio a cuestas de un año en el que, todavía, no podemos encontrarnos como nos gustaría; en el aula, nuestro lugar de encuentro por excelencia y con todos los abrazos que nos damos casi sin darnos cuenta y hoy se vuelven de un valor inestimado…

El Espíritu de Dios es el mismo que Jesús nos envió para que no nos sintamos huérfanos. Ese Espíritu lo llevó a Jesús a anunciar buenas noticias a los pobres, a sanar a los quebrantados de corazón y pregonar libertad a los cautivos (Lucas 4). Es el mismo Espíritu que nos acompaña hoy en medio de tanta incertidumbre, crisis económica y dolor.

Este Espíritu de Dios no se limita a una iglesia, sino que, tal como el viento, sopla por donde quiere y como quiere (Juan 3). Este es el Espíritu que nos hace seguir adelante, llenos de confianza y esperanza, es el Espíritu que hace florecer lo marchito que insufla vida en los huesos secos (Ezequiel 37).

Dios no se olvidó de nosotros, vale la pena seguir trabajando, como dice Víctor Codina:

"Es necesaria nuestra conversión y colaboración, caminar hacia un mundo diferente y nuevo, tejer nuevas relaciones de comunión, personales, con la naturaleza y con Dios, vivir al estilo de Jesús. Nada puede ser igual que antes, hemos de trabajar por un mundo más justo y solidario, sobrio, que no destroce el planeta, respete culturas y religiones, haga justicia a pobres, mujeres, jóvenes, indígenas, ancianos y niños”. (1)

Por este Espíritu que nos acompaña, volvimos a abrir las puertas, en este caso virtuales, del querido Colegio Ward, con la plena confianza en Dios y llenos de esperanza que, más tarde o más temprano, nos volveremos a encontrar cara a cara y celebraremos ese encuentro con la misma presencia del Espíritu de Dios que hoy nos impulsa a seguir.

Pablo Bordenave
Capellán