VOLVER

A los niños y niñas en su día

Selección de poesías para recitar juntos

Este Día del Niño es tan especial como otras fechas que vivimos este año. Por eso, queremos compartir una selección de poesías para que puedan leer junto a niños y niñas. La poesía ayuda a que los chicos se expresen con mayor facilidad.

Como decía la reconocida autora argentina Elsa Bornemann, “el encuentro con la poesía se produce en la niñez o no se produce”. Aprovechemos entonces este tiempo para leer junto a los pequeños y, por qué no, invitarlos a que reciten de memoria alguna de estas bellas poesías ¿Se animan?

Les proponemos comenzar escuchando unas poesías de Elsa Bornemann y, luego, compartimos poesías de Gloria Fuertes y María Elena Walsh para que ustedes puedan leer con los chicos.

Bañar a un elefante, de Elsa Bornemann.
Esta poesía es parte del libro “A la luna en punto” de la colección “Serie Morada” de la editorial Alfaguara, publicado en el año 2000. Ilustrado por Alberto Pez, esta edición es ideal para la hora de dormir. La narradora es Beatriz Colotta, docente de la Escuela Especial No. 516, del distrito de La Matanza.
Clic aquí para escucharla en Facebook Watch

Puentes”, de Elsa Bornemann, leído por Agustina Mercado.
Clic aquí para escuchar en YouTube

Cuando lloro”, de Elsa Bornemann.
Lectura musicalizada por Nora Sarmoria
Clic aquí para escuchar en YouTube


Tres poesías de Gloria Fuertes, precursora de la poesía para niños (España, 1917-1988).

 

Caracol (poesía adivinanza)
No hago ruido al caminar
-ando sin piernas-,
Tengo cuernos y no soy toro,
Yo no me mojo aunque llueva,
Nunca salgo de mi casa,
Solo asomo la cabeza.
Duermo mucho, como hierba.
Me gusta el sol.


 Con un cero
Con todo se puede hacer algo.
Hasta con un cero
-que parece que no vale nada-:
Se puede hacer la Tierra,

Una rueda,
Una manzana,
Una luna,
Una sandía,
Una avellana.

Con dos ceros
Se pueden hacer unas gafas.

Con tres ceros,
Se puede escribir:
Y0 lOs quier0.


El cocinero distraído
El cocinero Fernando
Se pasaba el día pensando
-sin pensar en lo que hacía-
Se le olvida echar la sal,
Nunca pela las papas.
Y le sale el guiso mal.

La paella sin arroz.
¡Qué atroz!
Lo peor fue le otro día…

Encerrado en la cocina,
Y en el horno la metió…

Pasó un rato,
Y la gallina gritó temblando:
-Fernando, Fernando,
o enciendes el horno
o me pones las plumas
¡que me estoy helando!

 

Tres poesías de la querida María Elena Walsh (Argentina, 1930-2010).

El vendedor de sueños
Vendo sueños con gusto a caramelo,
países raros, lentas maravillas,
ángeles que dan cine por el cielo,
y relámpagos para pesadillas.

Sueños como trapitos de colores,
imágenes y muchas otras cosas.
Algunos tienen pájaros y flores.
Otros, infierno y brujas espantosas.

Sueños y sueños para todo gusto:
cajas de azufre, paquetitos rojos.
Lágrimas o canción, amor o susto
para los niños que cierran los ojos.

Llevo en mi cesta el mágico tesoro.
A ver quién me lo compra, quién me llama!
Dejen afuera su moneda de oro,
y mírenme pasar desde la cama.


Doña disparate
Doña Disparate,
nariz de batata,
se olvida, se olvida
de cómo se llama.

Se olvida el rodete
detrás de la puerta,
duerme que te duerme
cuando está despierta.

Se quita el zapato,
se pone el tranvía,
bebe la botella
cuando está vacía.

No sabe, no sabe
y aprieta el botón
para que haya luna
o se apague el sol.

Oye con el diente,
habla con la oreja,
con un cucharón
barre la vereda.

—¡Señor boticario,
véndame tornillos!
—¡Señor verdulero,
hágame un vestido!

"¡Guau!", dice el felpudo.
"¡Miau!", dice la jarra.
¡Que yo soy el perro!
¡Que yo soy la gata!

Doña Disparate,
nariz de merengue,
se "ecovica", digo
se equivoca siempre.


En una cajita de fósforos
En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.
Un rayo de sol, por ejemplo
(pero hay que encerrarlo muy rápido,
si no, se lo come la sombra)

Un poco de copo de nieve,
quizá una moneda de luna,
botones del traje del viento,
y mucho, muchísimo más.

Les voy a contar un secreto.
En una cajita de fósforos
yo tengo guardada un lagrima,
y nadie, por suerte la ve.
Es claro que ya no me sirve
Es cierto que esta muy gastada.
Lo se, pero que voy a hacer
tirarla me da mucha lástima.

Tal vez las personas mayores
no entiendan jamas de tesoros
Basura, dirán, cachivaches
no se porque juntan todo esto.

No importa, que ustedes y yo
igual seguiremos guardando
palitos, pelusas, botones,
tachuelas, virutas de lápiz,
carozos, tapitas, papeles,
piolín, carreteles, trapitos,
hilachas, cascotes y bichos.

En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.
Las cosas no tienen mamá.