Cada pintura, un mensaje
Muestra de pintura “A modo de retrospectiva” de Daniel Monti de Carlo
Hasta el 14 de julio se pudo disfrutar de la muestra “A modo de retrospectiva”, de Daniel Monti De Carlo. Daniel es un joven artista, habiendo superado la novena década, posee un volcán de ideas, relatos e iniciativas que expresa con franqueza en sus pinturas.
Daniel es pastor de la Iglesia Metodista, exalumno (’41), ex Capellán y Medalla de Honor del Colegio Ward por su contribución a la Educación. En la cálida velada de la inauguración de la muestra dio cuenta de su pasión por la vida, que brota en sus obras con sus claros y oscuros, con un lenguaje simbólico directo y una riqueza técnica elogiada.
Si la pintura es testimonio de sus creencias y su visión, también lo son las personas que acompañaron la inauguración, en su mayoría personal del Colegio que conoció durante su época como Capellán o hermanos y hermanas de la Iglesia. Varios tuvieron palabras elogiosas y testimoniaron de la obra que Daniel había hecho en sus vidas.
En cuanto a las obras, en palabras de los críticos especializados, puede decirse lo siguiente:
La idea de que al mejoramiento moral y social puede llegarse mediante la difusión del arte no es nueva y probablemente tampoco sea cierta.
Por lo menos no lo es en el sentido inverso: la calidad humana poco o nada tiene que ver con la calidad de la pintura.
Lo dicho resulta evidente por mucho que quisiéramos en contrario, lo que me trae a la memoria “la educación por el arte”, de Schiller, donde el poeta argumenta en tal sentido. La propuesta es, sin embargo, tan atractiva que aún tiene sus adeptos: Monti es uno de ellos. Monti busca a Dios en la pintura. Como Dios es perfecto, su pintura debe ser perfecta.
Afanosamente, Monti procura el equilibrio de las masas, la continuidad de las líneas. Lo hace con tanta solvencia que no sé si hallará a Dios o mejorará un ápice la esencia del hombre o de la sociedad, pero sí nos presenta una estupenda lección de pintura.
En estos tiempos, en los que nuestra cultura entra en crisis y el desconcierto se ve en la plástica como protesta sin protesta, con un nihilismo sin esperanza o una aceptación acomodaticia de lo que exige la moda, reconforta saber que hay pintores que, como Monti, intentan la construcción de una pintura-verdad, que, de últimas, y por encima de la deshumanización de los tiempos, de los hombres clonados y los misiles inteligentes, se corresponde y encuadra con toda la grandeza y la miseria del alma humana.
Monti no sólo está integrado a su tiempo, es también un pintor lúcido que agrega a la protesta general, la propuesta profundamente simple del hombre que, sirviendo a su Dios, procura por su hermano.
Horacio Politi (Artista pintor)