Bendecida Pascua
Luego de la tiniebla y el dolor, volveremos a abrazarnos
El tiempo de la cuaresma es un tiempo que invita a prepararnos para enfrentar la Pascua, ¡y vaya si este año necesitamos estar preparados!
La llamada Semana Santa, fue para Jesús un tiempo muy especial, por lo oscuro y difícil. Por primera vez Jesús descubre el silencio de Dios a sus oraciones: “¡Padre pasa de mí esta copa! Pero que no sea mi voluntad sino la tuya”. Y esa voluntad de Dios no era evitarle a Jesús la cruz, tuvo que enfrentarla. Y fue en esa terrible cruz que exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”.
La Pascua este año puede hacernos sentir en carne propia ese silencio de Dios. Pero confiemos en que, al igual que aquella vez, luego de ese viernes de tinieblas y dolor, ¡llegó un domingo lleno de vida y resurrección!
Que el recuerdo de esta Pascua nos ayude este año a enfrentar lo que nos toca vivir, con la confianza certera de que está amaneciendo un nuevo día, un día en el que volveremos a abrazarnos, un verdadero símbolo de aquel día de resurrección.
Lic. Pablo Bordenave
Capellán